Cómo calcular los impuestos de una nómina

A la hora de recibir nuestro salario, debemos analizar la nómina para conocer el tipo de impuestos que se nos aplican. Estos tipos impositivos dependen de las circunstancias personales del empleado: edad, estado civil, número de hijos dependientes, así como el salario bruto anual.

Este último dato es fundamental para aplicar los descuentos que le corresponden, pues el pago de una retribución dineraria a cambio de trabajo por cuenta ajena está sujeta al impuesto de la renta de las personas físicas. En la nómina mensual que se entrega al trabajador como recibo se detalla el tipo de retención establecido. Debe reflejarse el salario bruto y el neto, denominado también “líquido a percibir”, así como el desglose del impuesto de la renta y la cuota aportada a la Seguridad Social. Estas aportaciones son el 4,7% por contingencias comunes, 1,55% por cuota de desempleo y el 0,1% para la formación profesional.

Estos porcentajes se aplican sobre el bruto mensual, añadiendo el prorrateo de las pagas extras que corresponden a ese mes y sobre ese resultado se descuentan los porcentajes señalados anteriormente: el que corresponde a contingencias comunes, la destinada a cuotas por desempleo y el porcentaje para la formación profesional.

Debemos señalar que las aportaciones a la Seguridad Social no son impuestos propiamente dichos, pero al descontarse del total de la nómina es frecuente que dé lugar a confusiones. Cabe señalar también que si te encuentras en los últimos años antes de solicitar la jubilación te interese hablar con la empresa para subir la base de retención del IRPF para así optar a una mejor pensión el día de mañana.