Cómo calcular el impuesto sobre las ventas

El año 2012 nos ha dejado, entre otras muchas cosas, una subida del IVA que ha provocado un aumento del coste de numerosos productos. El caso es que este impuesto indirecto tiene repercusiones sobre otros impuestos directos, por lo que en ocasiones se produce el fenómeno conocido como doble imposición. Aunque la ley que regula el IVA, recogida en el artículo 78, sólo admite la excepción de su aplicación sobre otros tipos impositivos, la realidad es que si esto ocurre es porque la naturaleza de cada impuesto es diferente y no podemos hablar de que se grave el mismo concepto. Así, cuando se aplica sobre una venta, podemos encontrar que hay dos impuestos, pero el IVA grava la entrega del bien o la realización del servicio, mientras que el impuesto especial queda gravado sobre la producción, fabricación o distribución de los productos.

Estos impuestos especiales sobre determinados productos tienen una larga trayectoria histórica, como los que se crearon en la antigua Roma sobre la producción del vino. En la actualidad, estos impuestos especiales son indirectos, porque se aplican a determinados productos y son lineales con la cantidad consumida, de forma independiente a la renta del consumidor. Como todos los impuestos, cumplen dos funciones: la recaudatoria y el establecimiento de políticas directoras en otras áreas, como la disuasión al consumo en el caso de alcohol, tabaco o energías. Son de aplicación general europea para el tabaco, alcohol y derivados, cerveza e hidrocarburos, a los que en España se añaden impuestos específicos sobre la electricidad y medios de transporte. Estos impuestos están regulados por la ley 38/1992, que define los tipos impositivos que se aplicarán a cada producto.