Cómo ahorrar agua al ducharse

En unos momentos tan difíciles para la economía, hasta el último euro cuenta, y por eso los trucos que ayudan a ahorrar con las tareas de la vida diaria son una costumbre que todos deberíamos adoptar, ya que el ahorro total sería fruto de multiplicar el ahorro de cada vez que utilizamos el truco por el número de veces que se utiliza, y esto en el caso, por ejemplo, del ahorro de agua a la hora de ducharse implica que cada mes estaríamos ahorrando un total de treinta o más veces, con el correspondiente beneficio tanto económico para nuestros bolsillos como el gran beneficio ecológico que supondría para el medioambiente que todos tuviéramos en cuenta ciertas recomendaciones.

Para ahorrar agua con cada ducha, podemos tratar de cambiar nuestra rutina habitual, en la que seguramente abramos el grifo antes de comenzar a ducharnos, y nos tomemos con total tranquilidad el proceso previo a la ducha (desvestirnos, colocar las toallas…) mientras el grifo suelta agua sin parar. Salvo que tengamos que esperar a que la temperatura del agua sea la correcta, esta actitud no tiene sentido ya que no hace otra cosa que malgastar agua que ha costado muchos recursos depurar y llevar hasta nuestras casas.

Un buen cambio de rutina sería, por ejemplo, echarnos un poco de agua por encima y cerrar el grifo mientras nos enjabonamos, para volver a abrirlo después y acabar con el proceso. Esto tendría los mismos resultados que una ducha normal, pero durante el tiempo en que estemos enjabonándonos el gasto será nulo.

Otra alternativa para comenzar a ahorrar agua es utilizar un grifo de ahorro, que modificará el caudal del agua de forma saludable tanto para tu bolsillo como para el medioambiente.