Cómo comprender la factura de la luz

La factura de la luz es muy simple para quien sabe interpretarla, pero se convierte en todo un jeroglífico para aquellos sin conocimientos sobre electrotecnia o unas bases mínimas sobre terminología en lo referente a energía.

Antes de nada debemos saber lo que es la energía, la energía es lo que necesita un aparato para desplazar una parte móvil de si mismo, encender luz, o cualquier otra cosa para la que necesitemos un enchufe. La cantidad de energía será por lo tanto igual a la cantidad de veces que podamos encender luz o mover algo, véase en la lavadora o en una simple bombilla…

Esta energía se mide en calorías, que son las mismas que quemamos en el gimnasio (moviendo partes móviles de máquinas, igual que haría una lavadora con el tambor), y en el ámbito eléctrico se convierten a Julios para mayor comodidad, también existe otro equivalente que son los Watios por Hora, y este es el utilizado en las facturas de la luz. A la hora de tarificarnos, las empresas eléctricas multiplican estos Watios por hora por el precio de cada uno de ellos.

Como ejemplo podemos pensar que una bombilla de 100 Watios consumiría si estuviera encendida diez horas un total de mil Watios por hora, es decir, un Kilo Watio Hora.

Además de esta suma también debemos tener en cuenta para interpretar las tarifas que se nos aplicarán más gastos que los variables. Entre ellos están el equipo necesario para contar los kilowatios hora que consumamos y otros como el transporte de la energía hasta nuestros hogares.