En el contexto de crisis generalizada parece una locura iniciar cualquier proyecto que dependa de financiación externa, pero el caso es que muchas administraciones públicas disponen de partidas presupuestarias que en ocasiones no se agotan por tanto por el desconocimiento de su existencia por parte de los ciudadanos como por la necesidad de establecer un proyecto muy preciso y sin fisuras para conseguir la tan ansiada subvención. Pero no sólo podemos acceder a este tipo de ayudas, pues los organismos europeos también conceden, con unas exigencias similares, subvenciones para este tipo de iniciativas.
El proceso de solicitiud comienza con el acopio de información sobre los requisitos necesarios para poder optar a cualquiera de estos fondos, que dependerán de la situación de nuestro proyecto: si está ya en marcha y necesitamos una ampliación, tenemos ya el proyecto terminado y nos falta la primera aportación económica o si comenzamos desde cero, contando únicamente con la idea.
Para conseguir la mejor información será necesario que acudamos directamente a los organismos e instituciones que tramitan este tipo de solicitudes: ayuntamientos, comunidades autónomas o delegaciones europeas. Es conveniente que demandemos explicaciones y aclaraciones de los puntos que no comprendamos, pero nadie nos eximirá de tener al día los pagos de tributos si deseamos conseguir la subvención. Una vez finalizada la fase de acopio de documentación, separaremos las que mejor se adecuen a nuestro perfil. También podemos acudir a las Cámaras de comercio, donde en ocasiones asesoran sobre este tipo de subvenciones. Si el perfil de nuestro proyecto es de tipo cultural e incorporamos la posibilidad de crear algun puesto de trabajo, tendremos algunos puntos más a favor. Recuerda acopiar originales y copias para presentarlos de forma conjunta el día que presentemos ante el registro nuestro proyecto.