Cuando se realiza un seguro de automóvil, hay muchos factores que deben tenerse en cuenta, especialmente si el conductor principal del vehículo es una persona joven. En cualquier caso, la legislación establece que se debe ser titular de un seguro a terceros para cubrir la responsabilidad civil en caso de accidente de tráfico. A partir de este nivel básico, las posibilidades se amplían en función de las características del coche, de las preferencias, de la forma de vida y de los lugares por los que se transita de forma habitual.
Si no es un conductor experimentado, tanto la asistencia en carretera como la cobertura de incendios pueden ser muy interesantes, ya que ante cualquier avería mecánica puede ser remolcado sin problemas hasta un taller o hasta el domicilio familiar.
En el caso de que se transite por zonas desconocidas y en horarios nocturnos, expuesto a los robos que se producen en las zonas de marcha contiguas a polígonos, un seguro de robo puede permitirnos recuperar parte de los objetos robados. Un complemento que proteja las lunas y cristales, que son vulnerables ante los robos, también es recomendable en este caso.
Finalmente, si el coche es nuevo, un seguro a todo riesgo durante los primeros años puede ser la mejor de las opciones.
Debemos tener en cuenta los factores que permiten reducir el coste de la póliza, como el hecho de que no sea el conductor principal, sino que aparezca como segundo conductor o los años de carnet ya transcurridos desde la expedición. Si gozamos de un expediente limpio de accidentes o incidencias, la cartera lo notorá bastante…