Divorciarse involucra un sin número de decisiones financieras, cuando la pareja llega al termino de su relación cuenta con varios activos, éstos pueden ser acciones, bienes raíces, cuentas bancarias, propiedades personales o heredadas, joyas, autos, etc. Todos estos bienes serán divididos dependiendo de la forma en cómo se casó la pareja y la propia decisión del juez.
Si la pareja se casó por bienes separados los problemas disminuyen, ya que cada uno cuenta únicamente con lo que adquirió durante el matrimonio y puede comprobar, lo que tenía antes de casarse también comprobable y las propiedades que haya heredado, y se encuentren legalmente a su nombre o bajo su resguardo. En estos casos el juez únicamente ordenará la investigación de los bienes, la comprobación de propiedad y la división de ellos de manera ordenada y de mutuo acuerdo.
Por otra parte si el matrimonio es bajo el régimen de bienes conjuntos el juez tendrá un trabajo mayor ya que se debe de determinar el valor de los activos en cuestión, así como de los pasivos, determinar qué parte es la que ha adquirido dichos bienes, saber si el matrimonio tiene hijos (En este caso el juez dictaminará que el principal cuidador se quede con la mayor parte de bienes o con la casa principal), si alguno tiene una enfermedad, etc. Durante una división de bienes ambas partes deben de firmas estar de acuerdo con la decisión; si una de ellas no lo hace, el juez tiene el derecho a vender las propiedades y distribuir según su criterio.