Cómo evitar el pago de tasas al solicitar un préstamo personal

Si por cuestiones diversas necesitamos un capital que no podemos conseguir ahorrando, debido a la inmediatez  o a su elevada cantidad, tal vez debamos recurrir a solicitar un préstamo personal. Este tipo de productos bancarios, también conocidos como créditos de consumo, incluyen importantes contraprestaciones que se derivan en altos intereses y comisiones. Si somos capaces de conocer otras posibilidades para esquivar algunos de los cargos, podemos ahorrar bastante dinero en el pago de estas tasas.

En muchas ocasiones, se inicia la gestión del préstamo con el cobro de una comisión de estudio o apertura. Si localizamos un producto en el que no se deba abonar, ya habremos avanzado un pequeño paso. Otra tasa que se aplica de modo general es la tasa de interés nominal, que se combina con la comisión mencionada anteriormente para determinar la tasa anual efectiva o TAE. El hecho de que alguna de las tasas sea igual a cero no debe desviar nuestra atención, porque si nos aplican una comisión de apertura, el TAE puede elevarse considerablemente.

Otros gastos que gravan el importe final del préstamo solicitado son los gastos de gestoría, de notaría y el impuesto sobre actos jurídicos. Una posibilidad sería la de solicitar un contrato privado en lugar de firmar el préstamo en la notaría, aunque debido a que suele ser una imposición del banco, poco podremos hacer. De hecho, la validez del contrato privado es total, y quedaría probado simplemente con aportar la documentación que refleje el desembolso de la cantidad solicitada al banco y el pago de las mensualidades correspondientes. En este sentido, muchas de las operaciones que realizamos a crédito no pasan por el notario y el compromiso establecido sigue manteniendo la validez legal.