Cómo impugnar un testamento de manera exitosa

Si el testamento de un familiar fue redactado de forma parcial o errónea y cometió irregularidades como desheredar a ascendientes o descendientes sin justificación; o presenta defectos de forma, podemos solicitar la impugnación del mismo y esperar a que queden subsanados los errores detectados.

Este tipo de errores y problemas pueden suceder cuando el testador decidió realizar sus últimas voluntades sin asesorarse o recurrió al testamento notarial cerrado, documento en el que ni el notario ni los testigos conocen el contenido del documento.

Sin embargo, la impugnación debe respaldarse en razones legalmente válidas para que se acepte. En caso de que aleguemos incapacidad mental del testador, deberemos aportar pruebas e informes médicos que lo indiquen. Si el acto de desheredar ascendientes o descendientes no está justificado, las únicas causas que podrían alegarse serían el abandono, la corrupción o prostitución de un menor, atentar contra la vida del testador, haber perdido la patria potestad por abandono de las responsabilidades hacia el titular del testamento o haber negado el alimento sin justificación alguna. De ello deberíamos aportar pruebas o sentencias judiciales. Otras causas de impugnación pueden ser: que fuese redactado bajo coacción, o que presente errores graves de forma.

Para impugnar, deberemos esperar al día siguiente de la lectura pública del testamento, y el plazo habitual oscila entre diez o quince días desde que se produce este acto. Si deseamos respaldar nuestra impugnación con una argumentación sólida, podemos acudir a un abogado especialista, aunque no es obligatorio para presentar estas alegaciones ante el mismo tribunal que legalizó el testamento. El fallo suele tardar varios meses, y en ese período se suspende la ejecución del testamento. Si conseguimos nuevos acuerdos aceleraremos el reparto, por lo que un abogado puede ser decisivo a la hora de asesorarnos sobre la realidad de nuestras pretensiones.