Cómo proteger nuestra tarjeta de crédito ante posibles robos

Los delincuentes no pierden el tiempo y, a menudo, se anticipan a las medidas de seguridad para poder obtener beneficio a su actividad delictiva. En la era de las compras por internet y de las transacciones electrónicas, nuestras tarjetas de crédito corren peligro de ser objeto de agresiones  aunque no hayan sido sustraídas físicamente. Únicamente necesitan los ladrones conocer el número de la tarjeta y la fecha de caducidad para poder realizar diferentes tipos de estafa en los que sustraen importantes cantidades a los titulares legítimos de sus cuentas de ahorro.

Alguno de los consejos más básicos para evitar robos son normas que aplicando el sentido común cualquiera puede recordar. Una de ellas es la de no anotar junto a la tarjeta que utilizamos de forma habitual el código PIN. No utilizaremos combinaciones que correspondan a nuestra fecha de nacimiento, matrícula del coche o claves fáciles de identificar. Es mejor escoger una clave sencilla y evitar anotarla. Y respecto a las tarjetas, mejor no llevar encima más que las que usamos habitualmente, tener controlados los movimientos de todas ellas y guardarlas en un lugar seguro. Es recomendable guardar en casa una copia de toda la información relacionada con las tarjetas para poder denunciar su extravío o sustracción en el menor tiempo posible para evitar cargos en nuestra cuenta que no hayamos realizado nosotros.

No confiemos en los mensajes o llamadas de entidades financieras solicitando datos de nuestras cuentas o ingresos, no respondamos correos electrónicos que solicitan datos bancarios. De esta forma evitaremos robos, pues las entidades bancarias advierten que ellos no proceden de esta forma.