Cómo reconocer un billete falso

El aluvión tecnológico que acompaña la impresión de dólares hace cada vez más fácil la identificación de los billetes falsos, cuya presencia ha disminuido notablemente. Pero siempre es bueno estar preparados. Veamos algunos aspectos.

Textura. La calidad del papel dinero es por lo general muy superior a la empleada por los falsificadores. Sobre todo para gente acostumbrada a trabajar en expendios, resulta fácil darse cuenta de un billete falso solo de tocarlo. En los billetes válidos con poca circulación es incluso factible palpar el sobrerelieve de la tina impresa.

Comparación visual. Si tienes duda, compara el billete sospechoso con uno válido de la misma denominación. Desde la calidad de las impresiones, los detalles y el relieve hasta el aspecto general deberían resaltar a simple vista.

Fibras de colores en el papel. En los billetes falsos estas aparecen dibujadas, pero si miras con atención podrás darte cuenta de que no forman parte del papel, como en los billetes reales.

Número de serie. Por lo general, en los billetes falsos estos números no están espaciados a la misma distancia o su alineación no es perfecta.

Marcas de agua. Estas resultan muy difíciles de reproducir por los falsificadores, por lo que muchas veces ni siquiera intentan transcribirlas.

Otras marcas de seguridad. Una hebra de identificación de un par de milímetros de ancho que va perpendicularmente de arriba abajo por un extremo del billete hace resistencia al tacto, destacándose a simple vista.

En algunas denominaciones aparece un tipo de tinta que cambia de tonalidad cuando se mueve el billete. Casi imposible de reproducir.

Las micro impresiones que bordan aleatoriamente los billetes posteriores a 1990 resultan un hueso duro de roer por los falsificadores, que no pierden su tiempo intentando imitarlas.