Cómo reducir los gastos familiares

En el contexto económico actual, llegar a final de mes es toda una odisea para muchos hogares, por lo que cualquier reducción en los gastos familiares puede significar un alivio para las maltrechas cuentas domésticas.

Podemos aplicar algunas pautas o consejos que sin duda resultan de probada eficacia para reducir las partidas económicas que destinamos a algunos aspectos de la vida en familia, que deberemos aplicar no sólo con las vacas flacas. Consolidar unos buenos hábitos es fundamental para evitar problemas, pues incrementar nuestra capacidad de ahorro puede ayudarnos a afrontar los imprevistos que puedan surgir. Por ello dedica tiempo a buscar y comparar antes de comprar cualquier producto y lleva cuidado con las tarjetas de crédito…

Uno de los consejos que debemos atender es la necesidad de encontrar las tarifas más económicas para los gastos cotidianos y optimizar los consumos de electricidad, gas, telefonía e internet. Revisa qué actividades o suscripciones puedes desechar y unifica pagos o recibos para conseguir bonificaciones. Si hay varios coches en la unidad familiar, estudiad la posibilidad de quedaros sólo con uno para pagar menos seguros, impuestos y mantenimientos.

Otra estrategia que podemos aplicar es la de comer todos los miembros de la familia a la vez en cada una de las comidas y el mismo menú. Este acto sencillo implica una planificación que revierte en una importante reducción de los costes de elaboración y la posibilidad de ahorrar en la cesta de la compra. Del mismo modo, si evitamos comer fuera o llevamos nuestra comida preparada, reduciremos de forma sustancial los gastos de esta partida.

Otros gastos que podemos reducir de forma sencilla son los que se derivan de las vacaciones, pues si escogemos planes familiares de coste inferior, podemos disfrutar de nuestro tiempo libre sin lastrar la economía doméstica. Un alquiler vacacional permite cocinar en casa y evitar múltiples gastos, o podemos recurrir a llevar comida preparada para excursiones de un día. Los planes baratos no implican menor diversión, pues puedes pasar una magnífica tarde viendo películas o jugando a las cartas sin salir de tu salón.