Contabilidad comparativa

Para recavar información sobre el desempeño de una empresa durante un período específico de tiempo se realiza un estudio financiero o informe comparativo. La utilidad de estos informes radica en que presentan los datos de ejercicios anteriores y su progresión a través del tiempo. El tipo de estado contable llamado estado financiero comparativo tiene en cuenta más allá de un ejercicio empresarial, es decir, que tiene en cuenta datos más allá del año en curso o de los saldos. Los equipos directivos empresariales encargan a sus departamentos de contabilidad este tipo de informes para poder analizar los resultados financieros y tratar de identificar cambios y tendencias en el curso económico. Al comparar los resultados reales con los esperados, la administración puede determinar si la empresa ha alcanzado sus metas financieras.

Por lo general las empresas suelen encargar estados financieros tanto comparativos como no comparativos. Una empresa recurrirá a un estado financiero individual cuando no sea posible comparar directamente los datos de diferentes épocas. Además, algunas empresas encuentran que la comparación de datos que representan a diferentes períodos de tiempo, tales como cuartos de venta diferentes, no pueden proporcionar una imagen precisa del margen de beneficio real y el crecimiento de los beneficios.

Hay cuatro tipos de estados financieros básicos utilizados en contabilidad: la cuenta de resultados, el balance general, el estado de utilidades retenidas y el estado de flujos de efectivo. Estas declaraciones sirven como herramientas para los inversionistas, acreedores y proveedores para evaluar la situación financiera de la empresa. Al ofrecer los resultados del año en curso con las cifras correspondientes a los años anteriores, se puede determinar más claramente si el negocio se ha vuelto más o menos rentable.

Por lo tanto os estados contables comparativos son una herramienta para demostrar la eficacia de una empresa.