Si hemos decidido convertirnos en emprendedores o tenemos una idea de negocio que requiere de financiación, es más que probable que para conseguir el capital inicial para desarrollar nuestro proyecto debamos solicitar un préstamo.
Antes de acudir a los bancos, es más que recomendable que hablemos con personas que puedan informarnos de las formas más convenientes de conseguir ese dinero, como las Cámaras de Comercio o los Colegios Profesionales, donde nos pueden proporcionar tanto asesoramiento legal como técnico de forma gratuita si somos miembros. Además, es muy probable que tengan suscrito un convenio de colaboración con alguna entidad de forma que podamos obtener este préstamo en unas condaciones más ventajosas que si acudieramos como un particular más. También los gremios profesionales, como los carniceros, pescateros, zapateros, etcétera, pactan condiciones especiales, por lo que deberemos contactar con ellos antes de decidirnos a firmar un contrato.
Otra opción es acudir a las entidades de Crédito Oficial, en las que se facilita el acceso a préstamos para el inicio de una actividad, incluso desde la propia página web de la institución si disponemos de un certificado digital para validar los trámites.
El plan de empresa bien estructurado, fiable, con información bien elaborada y completa es la mejor herramienta para que las entidades se decidan a concedernos el primer empujón a nuestro negocio. Tampoco viene mal que llevemos la documentación relativa al sector donde se encuadra la actividad, los bienes disponibles, los avales y la documentación identificativa disponible, en definitiva, todo aquello que demuestre la viabilidad de tu proyecto y que en caso de suceder un imprevisto puedas responder a las cuotas.