A pesar de los graves conflictos que surgen durante un divorcio, debemos ser conscientes de los graves perjuicios que podemos causar a los hijos durante los enfrentamientos por conseguir su custodia. El rencor tras la ruptura sentimental suele impulsar a muchos ex cónyuges a reclamar para sí la custodia absoluta, privando al otro progenitor de cualquier derecho, incluso el de visitar a sus hijos.
Sólo en el caso de que existan circunstancias muy graves y demostrables podremos conseguir que un juez incline la balanza totalmente hacia nuestro lado y nos conceda la custodia absoluta de los hijos.
En este supuesto, la forma de conseguir un resultado favorable puede ser solicitar una evaluación psiquiátrica de la ex pareja y de los hijos, de forma que se compruebe si éstos se están desarrollando de forma adecuada a su edad o sufren problemas derivados de problemas no manifiestos.
Si existieran amenazas o violencia doméstica, este factor puede suponer un dato decisivo para conseguir la custodia, por lo que deberemos denunciarlas en el momento que se produzcan y documentar con informes médicos las agresiones, de modo que el juez pueda evaluar de forma adecuada si concede la custodia absoluta.
Debemos recordar que el bienestar de los hijos debe ser el objetivo primordial de las relaciones entre los miembros de la pareja aunque ésta ya no funcione. Es probable que, tras evaluar con objetividad la situación posterior a la ruptura, uno de ellos decline parte de sus responsabilidades debido a factores económicos, tiempo disponible o responsabilidad, y no sea necesario solicitar la custodia absoluta.