Debido a sus características, una sociedad anónima es el tipo de sociedad que se adopta de forma mayoritaria cuando el volumen de negocio adquiere cierta relevancia. Los pasos para crearla, sin embargo, no son tan complicados como parece desde una posición alejada a los trámites.
Para constituir la sociedad, deberemos contar con un capital inicial de 60101 euros, cuyo 25% debe quedar ingresado en una cuenta corriente a nombre de la sociedad o de la futura empresa. Para inscribirla, deberemos solicitar de forma previa una certificación al Registro Mercantil donde quede detallado que no existe ninguna empresa o sociedad que utilice el nombre que hemos escogido para la nuestra.
Los estatutos y normas que regularán la sociedad así como la escritura de constitución serán firmados por los socios y otorgados ante notario, quien debe remitirlos al registro mercantil donde se procederá a inscribirlos.
Ante la Administración de Hacienda debemos realizar la declaración y liquidación del impuesto de transmisiones y actos jurídicos documentados, que equivale al 1% del capital de la sociedad. En este mismo organismo debemos solicitar el código de identificación fiscal y dar de alta a la sociedad en el impuesto de actividades económicas y la declaración censal para pagar el IVA.
Ante el Ministerio de Trabajo deberemos notificar la apertura del centro de trabajo y solicitar el libro de visita para futuras inspecciones, así como el número patronal. Del mismo modo, debemos dar de alta tanto a los socios trabajadores como a los no socios en el régimen de autónomos o general que corresponda.
Ante el Ayuntamiento correspondiente, solicitaremos la licencia de apertura del establecimiento o aquellas necesarias para acondicionarlo de forma previa.