El que es capaz de maltratar a un animal, puede causar el mismo daño a otros seres vivos, por lo que es importante que seamos capaces de proteger los derechos de los seres vivos y frenar a aquellos que vulneran las leyes que les protegen.
De hecho, el Código Penal reconoce como delito agredir a los animales domésticos, causarles la muerte o lesiones graves. Las penas establecidas para este tipo de actos delictivos oscilan entre tres meses y un año de cárcel, por lo que en algunos casos no implican que se encierre al maltratador. En caso de no ocasionar la muerte al animal, el maltrato se considera una falta que puede castigarse con una sanción económica o con trabajos para la comunidad. De hecho, se considera maltrato a las agresiones desproporcionadas e injustificadas, así como también a la privación del suministro de líquidos o alimentos, así como su enjaulamiento o encadenamiento.
Al considerarse delito público, con una denuncia previa o por iniciativa de la autoridad competente, el proceso puede iniciarse de oficio. Este hecho permite que no sea necesaria una acusación particular para que se produzca el inicio de las pesquisas, pues cualquier ciudadano tiene la obligación moral de notificar que se ha producido este crimen y el deber de denunciar estas vejaciones y agresiones.
La denuncia por malos tratos a los animales puede registrarse en un juzgado de instrucción, la comisaría más cercana o al Ministerio Público. Es indispensable la identificación tanto del demandante como del responsable, para que sea posible realizar su citación.