La ley ampara a los pacientes de cualquier centro público o privado para que presenten reclamaciones o denuncien negligencias médicas. Podemos utilizar diferentes fórmulas y pasos para denunciar, acudiendo a las asociaciones para la defensa del paciente o a cualquier abogado especializado. Es conveniente informarse de forma previa, pues las asociaciones cuentan con ciertos convenios con abogados para hacer el seguimiento de todo el proceso legal, tanto en las cuestiones administrativas como en los procesos judiciales.
Si la negligencia se produjo en un centro privado, deberemos redactar una queja dirigida tanto al responsable legal del centro como al médico en cuestión. Generalmente, puede iniciarse una vía conciliadora y concretar un acuerdo o compensación, aunque si no se alcanza, el afectado puede denunciar y reclamar ante los servicios de sanidad de la comunidad autónoma correspondiente. Del mismo modo, podemos acudir al Colegio Oficial de Médicos de la provincia en cuestión y solicitar la apertura de un expediente disciplinario al médico en cuestión.
Hay tres vías para nuestra denuncia: civil, penal y contencioso administrativo. La penal es la más adecuada en caso de que la negligencia derive en lesiones graves o fallecimiento, de modo que se procede a la inhabilitación profesional o penas de cárcel. En caso de lesiones menores, la vía civil es la más eficaz, aunque la sanción será una indemnización económica que dependerá de las lesiones derivadas de la negligencia. Si se demuestra que el demandado no fue responsable y se le absuelve, el demandante deberá hacerse cargo de las tasas y gastos judiciales. Si la negligencia se produjo en un hospital público, se opta por la vía contencioso-administrativa donde se exige el recurso a un procurador.