Si estamos decididos a emprender un proyecto cultural, las posibilidades de obtener financiación pueden proceder desde diferentes sectores, como instituciones públicas, empresas o donantes privados. La forma de conseguir una subvención en medio de la marea de recortes que asola las instituciones públicas invita a armarse de paciencia y a intentar conseguir entrevistas y contactos suficientes para respaldar nuestra propuesta, que debe ofrecer un esquema de trabajo bien definido y transmitir toda la ilusión y entusiasmo que han motivado nuestro interés por desarrollarlo.
El primer paso para conseguir captar los fondos necesarios es estructurar nuestro proyecto creando una memoria donde debemos manifestar de forma clara la finalidad del proyecto, los objetivos a corto, medio y largo plazo, tanto principales como secundarios; especificar el equipo de trabajo y la cantidad necesaria para iniciar la actividad. Si dirigimos nuestra solicitud a promotores privados o empresas, deberemos adjuntar a dicho documento una carta de presentación que constituya un resumen adecuado y donde quede perfectamente claro el propósito de la memoria que se adjunta: la consecución de fondos para desarrollar dicha actividad. La mejor de las presentaciones posibles, tanto en el documento escrito como en el caso de que consigamos que nos ofrezcan una entrevista, será un requisito indispensable para causar una buena sensación desde el principio. Debemos ser capaces de estructurar el contendio de forma sintética y detallista, para adaptar nuestro discurso a cualquier situación propicia. Es muy importante que recopilemos un listado de entidades, instituciones o posibles donantes con los que contactar, aunque deberemos trabajar la reunión de forma previa consultando las posibilidades reales. Si deseamos facilitar la afluencia de capitales a nuestro proyecto, quizás sea una buena idea aprovechar las posibilidades de internet para acceder a una audiencia mundial.