Al igual que una entrevista, una propuesta de trabajo nos puede decir mucho acerca del empleador y la empresa a quien trabaja.
Es importante e incluso necesario, el detenerse a pensar antes de aceptar una oferta laboral, el tener un tiempo suficiente para pensar cuidadosamente y negociar si es necesario. El propósito de esto, es estar completamente seguro de que los beneficios del trabajo en cuestión excedan o al menos, estén a la altura de tus necesidades y derechos.
Para poder evaluar una propuesta de trabajo, es importante poder discernir entre una buena y una mediocre propuesta laboral, que para ello se explicará a continuación.
TÍTULO DEL PUESTO.
En los títulos del puesto claramente se describe, de manera estratégica las funciones y responsabilidades que tendrá el trabajo. Una buena propuesta de trabajo suele ofrecer un claro título, para evitar malas interpretaciones.
Es igualmente importante el conocer el nombre y cargo de al menos una persona con la que se pudiera tener contacto en el caso de ser contratado, ya sea un supervisor o jefe directo. Sería necesario conocer con anticipación con qué personas estarás en contacto, al saber esto te dará una mejor idea de la carga de trabajo que recibirás, al ambiente laboral, el trabajo de equipo y la organización de la empresa.
SALARIO.
Esta parte es una pieza clave. Conocer tu salario base, salario neto y bruto, salario anual, prestaciones, deducciones. Si el empleador duda en hablar contigo esta parte, o un momento te ofrece un salario, y en otro propone otro salario distinto, no es buena señal.
Asegúrate de cada cuándo estarías recibiendo tus ingresos, ¿tendrás un salario quincenal o mensual? Si tienes alguna duda referente a pagas extras, pregúntalo durante tu entrevista. Los empleadores por lo general tienen la responsabilidad de anunciar si para un determinado cargo existe algún bono o pago extra.
SEGURO SOCIAL O PLAN MEDICO.
¿Es conveniente obtener un trabajo en el cual obtengas un buen sueldo, pero que no te brinde seguridad social? Piénsatelo bien. Por lo general, es un derecho que se le otorga a todos los trabajadores, y al contar con esto, en el caso de alguna enfermedad o incapacidad, puedes tener la tranquilidad de poder pedir unos días de baja para poder recuperarte, sin la preocupación de perder el salario equivalente a esos días de ausencia en tu trabajo, o en el peor de los casos, de perder tu propio trabajo.
VACACIONES.
No olvides de preguntar si el puesto que te ofrecen cuenta con un tiempo determinado al año en el que puedas hacer uso de tus días libres que por derecho te corresponden. Las políticas suelen variar de una compañía a otra, y si en esa empresa cabe la posibilidad de negociarlo, hazlo, puede que quizás existan canjes de días por dinero a cambio. Recuerda que cuando inicias un trabajo, las prestaciones suelen por lo general ser básicas comparadas con las de alguien que tenga mayor antigüedad.