Si tenemos que incluir un período sabático en el currículum vital tenemos que presentar nuestra mejor cara. Debemos recopilar las tareas cumplidas, pagadas o voluntarias, y evaluar en qué casos nos conviene incluir alguna para que no quede tan mal un período sabático en el currículum.
Según el trabajo que queramos tenemos que adaptar lo que ponemos, según el destinatario ponemos antes unos antecedentes labores sobre otros o desarrollamos la parte formativa. Las mujeres que pasaron largos períodos fuera del mercado laboral para criar a sus hijos, quizá tengan que contestar con la verdad si les preguntan en una entrevista, pero antes les conviene incluir el período sabático en el currículum de forma disimulada. Si vendieron cosméticos o ropa les sirve para destacar habilidades capitalizadas como vendedoras. Si son personas que estuvieron sin trabajar porque no fueron convocadas, quizá tuvieron trabajos temporales o por cuenta propia.
No interesa poner tareas de corto plazo, pero si se relacionan con el trabajo que queremos las podemos mencionar y sintetizar en una frase la experiencia adquirida. Si una persona no hizo nada no tiene por qué ponerlo pero puede dejar ese período inactivo sin completar, para que tengan en cuenta otros factores y quizá le convoquen. Muchos estudiantes o personas que acaban de terminar la carrera no encuentran oportunidades, pero siguen formándose con cursos. Se puede hacer evidente un período sabático en el currículum y remarcar el aprovechamiento intelectual. Se puede mencionar el voluntariado por haber puesto energía y vocación en una tarea solidaria porque para algunas empresas tiene valor distintivo.
Otra forma es no poniendo nada en particular y aclarando a través de la carta de presentación el por qué de la inactividad (si tiene justificación). Lo mejor cuando queremos un trabajo es saber a dónde nos dirigimos para elaborar los antecedentes laborales en consecuencia.