Aunque estudiar matemáticas suele ser una decisión muy vocacional, que se toma casi sin tener en cuenta las salidas profesionales, es realmente rentable estudiar matemáticas porque más del 90% de los titulados encuentran un empleo en un plazo inferior a seis meses.
La principal salida profesional para los estudiantes de matemáticas, y quizás la única imaginable para los estudiantes de enseñanzas medias que dicen que quieren estudiar matemáticas, es la docencia, que puede llevarse a cabo en niveles no universitarios o universitarios. Para dedicarse a la docencia en las enseñanzas medias, los licenciados o graduados en matemáticas deben complementar sus estudios con formación para el profesorado. La docencia universitaria suele combinarse con la investigación, puesto que estas dos labores forman parte de la carrera académica, y dicha carrera suele iniciarse con la redacción de una tesis doctoral.
Pero hay muchos otros ámbitos en los que los matemáticos son demandados gracias a su formación en campos como la estadística, las matemática económica, la optimización y el cálculo: empresas de banca, finanzas y seguros, consultorías, administración de empresas, producción e I+D (investigación y desarrollo), departamentos de calidad, empresas de informática y telecomunicaciones, en la administración pública y la industria.
La alta tasa de empleabilidad de los estudiantes de matemáticas es debida a dos motivos: en primer lugar, no son muchos los estudiantes que logran licenciarse; y en segundo lugar, los licenciados en matemáticas o en estadísticas tienen, gracias a las aplicaciones posibles de las competencias adquiridas en el proceso formativo matemático, un perfil ampliamente reconocido y muy valorado en distintos ámbitos laborales.