Muchas veces nos hemos cruzado en nuestras vidas con alguna persona orgullosa, la cual es incapaz de dar su brazo a torcer, de mostrar cualquier signo de debilidad o de reconocer que no llevan razón en las discusiones e incluso llegar a negar la ayuda que se les brinda. ¿Cómo podemos entonces ayudar a una persona orgullosa?
Si nos cruzamos con una persona orgullosa lo primero que debemos saber es que le dan mucha importancia a su espacio y dar siempre un primer paso de acercamiento por nuestra parte supondrá una intrusión en ese espacio, lo cual lo tomarán como una ofensa y una agresión en toda regla. Te recomendamos que tantees el terreno pero no insinúes nada, debes dejar que la persona orgullosa adquiera confianza.
Esta confianza la podemos generar haciendo un rodeo sobre el tema, aunque sepamos que tiene un problema y queramos ayudarle es mejor que se relaje y se sienta cómodo contigo. A las personas orgullosas les cuesta abrirse y no lo harán fácilmente. Por este motivo intenta realizar cualquier actividad, conversación que no tenga nada que ver con dicho problema. La persona orgullosa te insinuará cuando poder hablar del tema, sólo debes estar atento a dichas indicaciones.
Muchas veces por su comportamiento nos puede sacar de quicio pero debes intentar buscar un punto en común con esa persona e intentar avanzar en esa dirección. En el caso de que sea muy exasperante puedes dejar que se enfríen los ánimos. Aunque no lo reconozca abiertamente ni lo comente, la próxima vez que coincidas con esa persona estará alegre de tenerte a su lado. Aprovecha entonces para pedirle ayuda, de esa forma poco a poco se dará cuenta que por pedir ayuda no pasa nada malo y que es algo completamente normal.