Cuando uno está tratando de conocer nuevas personas y hacer nuevos amigos, generalmente solemos ignorar una de las opciones más a mano que tenemos que es una de las más prácticas a la hora de hacer amigos, que es el de recurrir a los “amigos en común”.
Estos amigos en común pueden ser de amigos que ya conoces en persona o pueden ser contactos de otros amigos a quienes agregamos en nuestras cuentas de redes sociales. Ellos pueden ayudarnos a “cruzar la frontera” y entablar la primera conversación, presentándonos mutuamente o mencionando que conocen a alguien (nosotros) que comparte los mismos gustos o idiosincrasias. Esto ayuda considerablemente a extender nuestro círculo de amigos, y a su vez puede llegar a ampliarlo infinitamente, pues estos nuevos amigos tienen otros amigos que eventualmente podremos también llegar a conocer.
Los niños y adolescentes suelen tener amigos en común en el ambiente colegial, en el barrio o en otro lugar donde puedan llegar a frecuentar a otras personas. Prácticamente pasa lo mismo en el caso de los adultos en su lugar de trabajo, la Universidad, los restaurantes, lugares de esparcimiento en general. Básicamente cualquier situación está llena de potenciales nuevos amigos.
Muchas veces incluso pueden llegar a ser un amigo en común el que ayude a armar una cita romántica con alguien que crea que puede ser buena persona con quien pueda, el amigo o amiga, entablar una nueva relación. Esta idea es buena excepto si se la hace en un contexto de cita a ciegas lo que no es recomendable realizar puesto que generalmente este tipo de citas no suele llenar las expectativas del otro y tienden a terminar incomodando a todas las partes.