Hemos escuchado que un hombre y una mujer no pueden ser amigos. Que todos los hombres están destinados a desarrollar una afección sentimental superior a una amistad hacia una mujer que convive con él muy cercanamente y viceversa. Hemos descubierto que no siempre es así. Bien podemos recordar la última ocasión que platicamos con un amigo del sexo opuesto y nada sucedió. Nada más allá de una charla, un rato agradable y quizás unas palmadas en la espalda y un abrazo cariñoso.
Sabes que jamás besarías y mucho menos irías a la cama con esa persona, es imposible. Así que, ¿qué hay de malo en compartir un buen momento como amigos de sexos opuestos?
Pues quizás sí hay algo de malo. Antes una infidelidad era exclusivamente atribuida al contacto sexual fuera de una relación formal, pero hoy en día se conoce “la relación emocional” y puede ser tan dañina como una infidelidad.
El hecho de no desnudar tu cuerpo pero sí hacerlo con tu alma o corazón puede involucrar tantos o más sentimientos en una relación a pesar de no haber contacto físico, y es ello lo que puede llevar a una ruptura en la relación de pareja.
Después de todo el hombre no observa nada de malo en tener una relación así siempre y cuando no haya un contacto físico.
Tener una relación emocional es muy sencillo y se da en circunstancias impredecibles. Y las consecuencias, cada quién habrá de evaluarlas y hacerlas favorables quizás.