La forma en que la gente se comunica ha cambiado debido a las tecnologías modernas. La forma de comunicarse hoy en día es distinta, pues se utiliza el correo electrónico, la mensajería instantánea, las redes sociales y las chats. Si bien estas tecnologías pueden hacer una comunicación más eficiente y ayudan al desarrollo de las relaciones, también pueden tener efectos negativos tales como el contacto personal limitado y el aislamiento.
Las tecnologías modernas reducen la separación entre el trabajo y el hogar. Pero en muchas ocasiones estas tecnologías transportan los problemas del hogar al trabajo o viceversa. Ello conlleva a limitar las interacciones familiares y a causar conflictos entre los miembros de la familia. La televisión limita el tiempo que los niños y jóvenes dedican a la familia e incrementa el conflicto entre los hijos y los padres.
Las tecnologías modernas han sido utilizadas por los jóvenes como un método de comunicación con sus amigos. La mensajería instantánea mediante Internet o teléfonos celulares es una forma preferida de comunicarse entre ellos. Sin embargo, se han realizado estudios que indican que los jóvenes prefieren comunicarse de esta forma que mediante la forma tradicional y natural de hacerlo, cara a cara. Esta preferencia puede causar una incapacidad de crear relaciones que perduren a una dificultad de entender a la sociedad. Hay otros que creen que las tecnologías modernas alientan la comunicación y por ello fortalecen las amistades.
En cuanto a la comunicación entre pareja, las tecnologías modernas permiten que las parejas se mantengan en contacto mejor que nunca antes. Esto puede conducir a desarrollar conflictos. Las tecnologías modernas permiten que la comunicación se realice instantáneamente, por ello la gente frecuentemente espera una respuesta veloz en la comunicación. Si esta respuesta se retrasa, o no se da, da pie a suspicacia y posterior irritación.