Las cosquillas activan terminales nerviosas en la piel que causan movimientos y risas incontrolables. Hay estudios que indican que las cosquillas en los bebés les enseñan a socializar. La risa tiene muchas cualidades benéficas para la salud. Los pies son especialmente sensibles a esta práctica y hay distintos métodos para llevarla a cabo.
Hacer cosquillas con tus dedos es una de las formas más comunes de producir cosquilleo. Para incrementar la sensación de cosquilleo, la persona debe estar vendada de ojos para que no sepa en qué momento su cuerpo recibirá este estímulo. Las personas se sienten más vulnerables a experimentar esta sensación cuando se realiza sorpresivamente. Aunque las cosquillas también pueden ser una forma de tortura.
Los antiguos romanos tenían un método de tortura usando la lengua de una cabra. Untaban sal o azúcar a los pies de la víctima y la cabra era liberada para comenzar a lamer a la víctima. Al principio podía ser una experiencia placentera pero después de un tiempo los pies de la víctima se comenzaban a hacer ásperos y comenzaban a cortarse debido a la lengua rasposa de la cabra.
Existió un príncipe llamado Vlad que vivió en Transylvania. Se decía que torturaba a sus víctimas de Turquía vertiendo gotas de agua sobre sus pies para producir cosquillas. El goteo constante incrementaba las cosquillas en la víctima y a su vez su presión sanguínea y los latidos de su corazón. A veces ello conllevaba a causar ataques cardiacos a las víctimas.