Lo más sencillo es comenzar preguntando a los familiares de dicha persona. Pueden ser sus hermanos, padres o hijos. Seguramente ellos sabrán tanto la fecha de nacimiento como la de defunción.
En caso de tratarse de una persona religiosa, se puede acudir a los documentos que su religión otorga. Esto es útil si la persona no cuenta con documentos oficiales al haber nacido o muerto en un área rural.
Por otro lado, tratándose de miembros de la familia contemporáneos, se puede hacer uso de las redes sociales. Por lo general las personas comparten su fecha de nacimiento y otros datos personales. Si en sus propios perfiles no se encuentra esa información se puede acudir a revisar la información de sus contactos, quizá alguno de ellos ha puesto este dato en su perfil así como el día de su muerte, generalmente este último dato es más fácil de encontrar en las redes sociales.
En algunos lugares puede resultar sencillo el obtener un certificado de nacimiento o un documento que confirme la defunción mediante las instancias correspondientes con sólo dar el nombre completo del familiar. Hay lugares donde este trámite no es tan sencillo.
Se puede ojear en los documentos escolares del familiar. Generalmente en los certificados, boletas, constancias y demás papeles se logra encontrar la fecha de nacimiento.
Si se trata de una persona muy adulta puede comenzarse preguntando acerca de los acontecimientos que dicha persona solía narrar acerca de su juventud o su infancia. Se puede estimar la época en la que dichos sucesos tomaron lugar si se cuenta con datos relevantes, como una guerra o un suceso histórico. Se puede tener un aproximado o al menos un año exacto de su nacimiento.