Cuando a un profesor se le considera una persona que ha marcado el rumbo que se ha tomado en la vida, es considerado un maestro, y resultara fácil y gratificante agradecerle su trabajo y apoyo, ya que el sentimiento será sincero. Una carta es un método, además de eficaz, rápido y sencillo, también elegante y económico, que resultará en un detalle grato tanto para quien la escribe como para el maestro que la recibirá.
Comenzar la carta posiblemente sea la parte más complicada, ya que pueden presentarse algunas dudas como la manera en cómo se debe dirigir al maestro, hablándole de “usted” o de “tú” y cuál puede ser la mejor manera para referirse a él, como “profesor” o “maestro”, además de que si es más adecuado llamarle por su nombre o apellido. La respuesta a todas estas preguntas se encontraran recordando cuál era la manera en cómo era la comunicación cuando el contacto era continuo. Esa será la manera adecuada ya que es la forma en cómo el maestro recuerda mejor al alumno.
Para el cuerpo de la carta se recomienda no utilizar frases como, “recuerdo como impartía su clase, era muy interesante”, y puesto que se escribirán frases que se podrían utilizar para dirigirse a cualquier otro profesor, se debe especificar la materia y las razones que causaron impacto; esto es necesario puesto que el profesor tuvo muchos alumnos durante su carrera catedrática y aún cuando el alumno lo recuerde claramente, el maestro podría tener problemas para recordar al alumno. Estos detalles darán pistas para saber de quién se trata y para que la carta tenga el impacto deseado.
Al maestro le gustará recibir junto con la carta un bonito detalle, como recibir una foto de la época en la que era maestro en donde se encuentre el alumno que escribe la carta junto con sus otros compañeros de clase.