Cómo manejar los conflictos entre hermanos adultos

Esta situación es delicada ya que cada uno tiene su propio criterio para desarrollar su vida y no suelen pedir opiniones para decidir qué hacer o cómo hacerlo. Estos conflictos aparecen inevitablemente en algún momento de la vida de cada familia. El aclarar las diferencias a tiempo es indispensable.

Así que un padre se enfrenta a dos o más temperamentos distintos con los cuales lidiar.

La tolerancia de los padres es primordial. Los padres deben intervenir en sus disputas principalmente cuando éstas se tornen agresivas.

Si los hermanos son casados se debe de intentar que la familia política no intervenga ya que cada una tomara partido y puede complicar la situación.

Las madres suelen conocer mejor a sus hijos que los padres, aunque siempre hay excepciones, y tomando ventaja de esta perspicacia se debe propiciar la observación y darse cuenta quién favoreció el enfrentamiento. Se debe encontrar un momento para hablar con esa persona; comentar al respecto sin que se sienta incriminado y hacerle saber que él o ella tiene la posibilidad en sus manos de subsanar la diferencia con su hermano o hermana. Y se debe propiciar que dialoguen entre ellos a solas, cuando el momento sea el más adecuado.

Los conflictos que no se exteriorizan son los más graves, y todo se puede arreglar cuando se ha adquirido el hábito de comunicarse e intercambiar ideas, de escuchar y razonar los motivos que el otro tenga para haber iniciado o continuado un conflicto.

No se deben reprimir sus emociones o sentimientos. En un conflicto lo más grave es que alguno de ellos se refugie en el silencio y tome una actitud indolente o desinteresada; esto simplemente llevar a una grave ruptura en la relación entre hermanos.

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Ultima modificación: 07/30/2012