Ideas para la inscripción en la lápida de un hijo

Cuando uno visita una tumba, la primera imagen que salta a la vista es la lápida. La mayoría de las lápidas tienen el nombre de la persona fallecida, su fecha de nacimiento y su fecha de defunción. Cuando se trata de la muerte de un hijo, la mayoría de los padres se sienten demolidos y resulta una tarea sumamente complicada decidir qué inscribir en la lápida de su hijo. Al tomar esta decisión, uno debe pensar en qué le gustaba a esa persona, qué palabras lo describirían concretamente y cuáles eran sus frases favoritas.

En el caso de las lápidas para los niños, no es mala idea escribir el apodo con el que llamaban al niño. Si tu hijo se llamaba Carlos, escribir Carlitos es correcto. Hasta escribir el sobrenombre con el cual era conocido por sus amigos es correcto.

Una frase o epitafio siempre es una buena idea para una lápida. En principio, si se trata de una familia católica o cristiana, hay muchas escrituras de la Biblia que los padres pueden escoger para poner sobre la lápida; puede resultar hasta reconfortante el hecho de buscar una frase en la Biblia. Las frases cortas y cariñosas son apropiadas; “descansa en paz hijo”, “duerme, mi niño, duerme”. Un epitafio debe describir el carácter o las creencias de la persona fallecida.

En casos como éstos es donde la poesía puede tener un significado muy poderoso. Si la lápida es del tamaño suficiente para contener la escritura de un poema, puede resultar una inscripción perfecta para toda aquella persona que la lea. Cada vez de visites a tu hijo, puedes leer el poema y pensar en el verdadero significado de él. Las palabras acertadas pueden hacer que cada vez que las leas sientas un alivio.

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Categorias: Ser Padres
Ultima modificación: 11/15/2012