Las ventajas que trae el tener una familia unida son muchas, en especial si la unidad de la familia está fundamentada en el amor, la comunicación, la comprensión, la fluidez en la dinámica de la interacción entre sus integrantes y el apoyo que estos puedan darse entre si en casos en que sea necesario.
Pero lograr tener una familia unida es algo que no se consigue de la noche a la mañana y lleva mucho tiempo y energías invertidas. Es una relación que se debe nutrir individual y colectivamente, siempre con respeto, honestidad y sinceridad, entre todos y cada uno de los integrantes de la familia y no solamente una parte de ellos.
Es un trabajo de amor constante, por parte de cada uno, que no se debe desatender ante los problemas, que son los que desafían de tanto en tanto a esa misma estructura.
La única desventaja podría radicar en la perdida de individualidad de sus miembros. Es decir, si por “la familia” dejasen de respetarse los límites entre el individuo y el grupo, haciendo que éste primero sea absorbido en contra de su voluntad, en especial en casos en que exista alguna amenaza de rechazo, aislamiento o separación del grupo debido a alguna circunstancia particular del individuo que no sea aprobada por el grupo.
Por esto hay que diferenciar a la “familia simplemente unida” de la familia “unida sanamente”, en donde existe ante todo respeto, que es en definitiva amor, que es lo que al final, logra aglutinar en forma positiva al grupo.