En las situaciones cotidianas de la vida pueden presentarse circunstancias muy variadas que pueden representar obstáculos que muchas veces resultan difíciles de sortear sin la ayuda de familiares y/o grupos de apoyo.
Entre ambos existen varias similitudes y diferencias. En las primeras se pueden nombrar la capacidad de funcionar con un medio en donde puedan ser consultados temas y recibir consejos y en el caso de las familias, en especial cuando éstas reuniones son hechas con todos los integrantes, lo cual es especial para atender situaciones que puedan afectar a toda la familia.
El consejo familiar funciona con la idea de que la familia es una unidad y cada integrante tiene un rol específico, lo cual puede ayudar a resolver cualquier problema dentro del grupo que puede ser afrontado como unidad.
La principal diferencia del los grupos de apoyo con respecto a los grupos familiares, radica en que el primero está generalmente conformado por un grupo de profesionales entrenados, los cuales se reúnen una o dos veces cada semana a tocar todos los temas necesarios, para luego enfocarse en aquellos más urgentes.
Recurrir a grupos de apoyo puede ser muy beneficioso además para desarrollar la sociabilidad, ayudando a las personas de paso a que se relacionen con los demás, integrándose y a su vez dando apoyo a otros individuos que también lo necesiten.
Ambos estilos de consejería están hechos básicamente para tratar temas individuales en forma grupal, aunque uno está más enfocado a la unidad familiar, el otro en cambio ofrece una asistencia en la que los problemas son tratados individualmente con el objeto de fortalecer al individuo independientemente al grupo.