El río del Amazonas ha ganado su reputación por ser un lugar próspero para las plantas, los animales y la vida humana. Si bien es cierto que esta área es hogar de un vasto número de especies y culturas únicas, el desarrollo moderno en Sudamérica ha reducido sus números en general de manera importantemente.
Previamente al descubrimiento del nuevo mundo por Cristóbal Colón, un gran número de nativos vivían en la cuenca del río del Amazonas. Aunque su modo de vida pudo haber sido considerado como primitiva por los conquistadores, en realidad formaban muchas grandes sociedades con costumbres sociales intrincadas. Elaboraban alfarería, cultivaban las tierras, administraban los recursos de la selva, casaban, pescaban y desarrollaban métodos de transporte haciendo uso del río. Aunque la evidencia histórica sugiere que la población del Amazonas pudo haber alcanzado los 10 millones en algún momento, tan sólo quedaba 1 millón de pobladores cuando los europeos exploraron Sudamérica.
La vida para los nativos del Amazonas cambió dramáticamente cuando el hombre blanco comenzó a explorar su territorio. Repentinamente, la tierra que habían cultivado durante tanto tiempo era explorada y saqueada por los conquistadores que buscaban oro y otros recursos. Estos exploradores no sólo dañaron la naturaleza del Amazonas, también introdujeron enfermedades contra las cuales los nativos no estaban protegidos. La ocupación europea en el primer siglo mató al 90% de la población indígena.
Hoy en día la gente del Amazonas suele construir sus hogares con bambú, paja, palos y hojas del árbol del plátano.