Citar fuentes bibliográficas en un trabajo universitario es fundamental para justificar las informaciones y opiniones que hemos puesto. Hay varios sistemas que nos permiten citar fuentes bibliográficas en un trabajo universitario para poder poner nuestra documentación.
Si no citamos las fuentes bibliográficas de donde hemos sacado la información podemos estar cometiendo plagio ya que puede parecer que la información es nuestra cuando la hemos sacado de otros sitios. Las citas pueden reforzar nuestros argumentos si las hacemos bien, si no pueden debilitarlos. Deben ser concisas y ceñirse al texto citado, remitiendo al lugar concreto del texto para que el lector pueda encontrarlas fácilmente. Siempre debemos poner la fuente bibliográfica porque estamos usando palabras textuales o las vamos a resumir o reinterpretar. De todas maneras, poner una cita debe estar justificado y si ya la hemos puesto no debemos ponerla otra vez o si es algo que es comúnmente conocido.
Hay muchos sistemas para citar fuentes bibliográficas pero se utilizan fundamentalmente dos: el estilo humanístico, basado en la norma ISO 690 y el estilo Harvard. El estilo humanístico o tradicional, también conocido como cita-nota, consiste en referenciar desde el texto con un cifra volada a una nota a pie de página, al final del capítulo o al final de la obra, donde se inserta la referencia compuesta por los apellidos del autor seguido de las iniciales del nombre, el título de la obra en cursiva, el lugar de publicación, la editorial y el año.
El estilo Harvard, también denominado autor-año, Chicago o APA, intercala las referencias en el propio texto, entre paréntesis y está compuesta por el primer apellido del autor, seguido del año de publicación de la obra, al que se añade una letra minúscula correlativa si en la biografía final hay varias obras del mismo autor y fecha. La referencia se completa con la página o ubicación en la fuente original. Para saber cómo citar fuentes bibliográficas los estudiantes universitarios deben acudir al libro de estilo.