Cómo ser un buen estudiante

El ingrediente primordial para ser un buen estudiante es la motivación. Si sabes por qué estudias lo que estudias, encontrarás rápidamente el camino que te llevará a ser un buen estudiante. Todo lo que se hace conociendo la motivación se logra: a) más rápido y b) de forma más completa. Cuando tienes una motivación en el estudio, sentarte a leer páginas que sin haber leído te asustan o levantarte más temprano por la mañana para aprovechar el día te resultará natural y justificado. Tu motivación puede ser completar tus estudios para comenzar tu formación profesional, aprobar ese examen para tener un verano sin preocupaciones, demostrarte a ti mismo que puedes hacerlo, simplemente sumar conocimientos, o lo que se te ocurra.

Además de la motivación, otros elementos te ayudarán a ser un buen estudiante:

Manejo del tiempo. En gran medida, la motivación de los estudiantes tiene una primera limitación externa, el tiempo. Lamentablemente ¡tiempo es lo que siempre falta! En una semana puedes tener un día en el que has hecho miles de actividades y aun te sobran horas de sol para aprovechar y días en los que te has levantado tarde y nos salido de frente a la computadora y la internet. Si estas variaciones ocurren en fechas próximas a tus exámenes, es peligroso: es síntoma de que deberías dedicarle algunos momentos a la decisión acerca de cuál es el momento del día que dedicarás a cada cosa. Cuando se acerca la fecha de los exámenes, no desperdicios valiosos minutos frente a la televisión, en internet o hablando por teléfono. Aprovecha tu tiempo.

Organización. La organización será una pieza clave de tu realización como estudiante. Seguramente tienes acceso a los cronogramas del curso. A través de ellos conocerás las fechas de los exámenes y así podrás planificar con anticipación suficiente tu estudio. Por supuesto, no es lo mismo preparar un examen cuando es el único en esa semana que tener tres en la misma semana o dos el mismo día. La estrategia deberá ser diferente. Una vez que conozcas las fechas de los exámenes, plantéate metas u objetivos para ir avanzando progresivamente sin dejar “equipaje” en el camino. Si no estás estudiando para un curso, igualmente manejar algunas fechas como referencia te será de mucha utilidad.

Rutina. Dedícale al estudio un momento preciso del día y respétalo. La rutina está estrechamente relacionada con la organización de tu tiempo, ya que no importa lo bien que hayas planificado tu estudio si no consigues cumplir tus objetivos. Conocer de antemano qué momento del día es el momento de estudio, te dará la posibilidad de concentrarte sin dispersión. Si tu mañana es el momento del día más tranquilo, probablemente sea una buena opción ocuparla con el estudio. Ten en cuenta que tu concentración tiene un límite, nadie puede estar concentrado por un período mayor a 45 minutos por lo que esforzarte más que eso podría ser contraproducente. Relájate y continúa.

Evacúa tus dudas. Siempre y cuando hayas consultado la bibliografía y tus apuntes de clases, no dudes nunca en recurrir a tus profesores si tienes dudas que no has podido resolver con el material de estudio. Al demostrarle al profesor que tienes inquietudes ganarás su confianza y sabrás diferenciar lo importante de lo accesorio.

Para ser un buen estudiante administra estos ingredientes en grandes dosis. ¡Tu éxito está asegurado!

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Categorias: Educación
Ultima modificación: 07/05/2012