Leer la mente ha supuesto un reto para muchos psíquicos y es el sueño de muchas personas. Existen multitud de técnicas para facilitar la lectura de la mente de otras personas aunque no se ha podido demostrar que sean realmente factibles. Una de ellas consiste en usar los ojos para adivinar los pensamientos de otra persona.
El primer paso es mentalizarse de nuestra capacidad y forjar autoconfianza. Las personas que están convencidas de que pueden leer la mente de los demás ya cuentan con la importante ventaja que les proporciona su propia seguridad en si mismos.
Para iniciarse se pueden realizar ejercicios de entrenamiento con sencillos sistemas de adivinar conceptos sencillos y muy visuales. Uno debe concentrarse en la imagen del animal elegido, visualizándolo intensamente. Estos ejercicios básicos se deben repetir muchas veces para mejorar el nivel de concentración.
Entonces nos concentraremos en primer lugar en observar las pupilas de la otra persona mientras habla. Unas pupilas pequeñas por lo general significan falta de interés o falta de receptividad. En cambio las pupilas de los ojos tienden a crecer cuando se está interesado, atraído o receptivo ante algo. Si hablando con alguien sus pupilas crecen ante cierta idea, pregunta o comentario, entonces nuestro diálogo es de interés o agradable para la otra persona.
Conviene asegurarse de que la otra persona no reciba luz de frente pues de forma natural las pupilas se contraen ante ese efecto. Se puede utilizar esta habilidad para poder entrar en la mente de las personas. Por ejemplo, durante una conversación, describa varias situaciones o temas mientras observa las pupilas de la otra persona. Si las pupilas se contraen al mencionar una idea y por el contrario se expanden al mencionar un segundo concepto, podrá tener la seguridad de que es el segundo el que despierta interés.