Las pirámides mayas son unos de los más impresionantes logros arquitectónicos del mundo antiguo. Están diseñadas con precisión y requirieron un esfuerzo humano masivo para construirse, cuentan la historia de una sociedad altamente organizada con logros únicos en el idioma, la astronomía y las matemáticas. Al mismo tiempo, las figuras que muestran sus muros, de sacrificios humanos y horripilantes rituales de sangre, cuentan una historia más oscura de la brutal jerarquía y violenta opresión.
Los mayas fueron un grupo de tribus nativas americanas que estaban conectadas por el lenguaje y la cultura pero nunca por la política. Estaban organizados en ciudades-estados separados y frecuentemente en batalla. Su civilización se expandía desde la península de Yucatán en el sur de México hasta lo que ahora es Honduras y El Salvador. Los mayas surgieron desde 2000 años a. C. y sobrevivieron de alguna forma hasta la conquista española en los 1600. Sus centros habitados más famosos y las pirámides fueron construidos durante el periodo clásico entre el año 200 y 900 d. C.
Una pirámide maya pica es una serie de plataformas escalonadas con un pequeño templo construido en la parte superior. El techo del templo por lo general estaba adornado con una estructura muy embellecida llamada “crestería”, decorada con imágenes sagradas en relieve de estuco. Los lados de las pirámides con escaleras empinadas eran donde los sacerdotes ascendían para conducir sus ceremonias. El interior del templo contenía uno o más cuartos reservados para rituales secretos. Las pirámides eran parte de complejos de edificaciones más grandes, incluyendo palacios y canchas para jugar pelota, establecidas alrededor de plazas muy grandes.