El muro de las lamentaciones o los lamentos se corresponde con el que se cree que fue uno de los muros del templo de Jerusalén y por tanto es el lugar más sagrado para los judíos. Se encuentra en la ciudad vieja de Jerusalén.
Para entender la importancia de dicho muro debemos hacer un poco de historia. El templo de Jerusalén fue construido por dos veces y las dos veces fue destruido. La primera de las veces por los babilonios en el 607 antes de Cristo y la segunda de las veces por los romanos en el año 70 durante la Gran Revuelta judía. Los romanos destruyeron completamente el templo dejando tan solo el vestigio de dicho muro para que les recordara su derrota. De ahí que se le conozca con el nombre del muro de las lamentaciones. Sin embargo, los judíos lo achacan más a una promesa por parte de Dios pues les prometió que siempre quedaría en pie una parte del templo como muestra de su alianza con el pueblo judío.
El muro de las lamentaciones es el máximo exponente de los lugares de culto para los semitas o judíos pues piensan que es punto de acceso más sagrado que existe para ellos en la tierra. Por tanto en sus inmediaciones se realizan diferentes actividades religiosas. Una de estas actividades religiosas es rezar frente el muro y al terminar de realizar la oración introducir un papel en uno de los orificios que posee el muro.
Se tiene la creencia que Dios puede retirar dichos fragmentos de papel del muro por lo que es capaz de hacerse eco de dichas peticiones.