Sin lugar a duda cada vez que oímos dicha palabra se nos enciende la lucecita de la palabra conspiración pues no son pocas las obras en las que aparece dicha palabra como la causante de las mayores e inimaginables conspiraciones ligada siempre a los mayores grupos de poder, ya sea de políticos, económicos o producidas en las diversas naciones.
La palabra illuminati se utiliza erróneamente para designar cualquier grupo de poder o agrupación secreta siendo en realidad algo totalmente distinto de lo que opina la opinión pública general. La primera organización illuminati se originó el 1 de mayo de 1776 por Adam Weishaupt, profesor de derecho eclesiástico y filosofía práctica de la universidad de Ingolstadt en Baviera.
Esta primera asociación secreta buscaba el poder político y económico mediante el uso de las artes o prácticas ocultistas. Esto le otorgó a la asociación el lado místico, oculto que se tiene de la organización pero a la vez la dotó de relevancia en el mundo ya que se le atribuyeron la posible autoría de promover la revolución francesa de 1789 e incluso la revolución de 1776 en Estados Unidos. Debido a que buscaban objetivos muy claros la organización adoptó la liberación política y social con lo que rompieron cualquier relación con la religión y los gobiernos.
Como cualquier organización los illuminati posee diversos grados entre sus miembros: los novicios, los minervales y los minervales iluminados. Los primeros deben obedecer incuestionablemente las ordenes de sus superiores y empiezan con los estudios ocultistas. Otras tareas que deben realizar es la captación de nuevos miembros. Los minervales siguen desconociendo los objetivos de la organización y centran sus estudios en la dialéctica y en aquellas habilidades necesarias para influenciar a las personas. Los minervales iluminados eran los encargados de supervisar a un grupo determinado de minervales y de asegurarse de que cumplían con los objetivos marcados por los grados superiores. A partir de dicho grado se desconoce la composición jerárquica de la orden.
Fue tal el auge que tuvo la organización que se decretó su eliminación. Sin embargo, ante la amenaza política los illuminati se ocultaron en otras organizaciones haciendo que su erradicación fuera imposible y que su influencia fuera en aumento día a día y creciendo con ello todo el halo de misterio que la rodea.