Una de las actividades entre madre e hija primordial debería ser como regla general la comunicación diaria de lo que piensan, de lo que les pasa, de sus alegrías, miedos, anhelos. Conocerse una a la otra; esto sería una actividad regenerante diaria.
Ponerse de acuerdo para ir al teatro, al cine, a los eventos deportivos de su preferencia. Salir a comer a un nuevo restaurante o al que les gusta por su comida ya conocida. Inscribirse a un club de baile si les gusta bailar o al yoga para la relajación.
Ir juntas de compras un fin de semana llevando las promociones, descuentos de los diferentes centros de tiendas departamentales. Ir a un evento al aire libre, a las obras de teatro, a escuchar a cantantes, ver magos, etc.
Pueden visitar a familiares que por omisión o por falta de tiempo no se visitan; por decir los tíos lejanos, los primos, sobrinos, etc. Asimismo, los amigos de mi infancia, a quienes se les puede llevar un pequeño regalo o un álbum de la familia. Se puede hacer una pequeña reunión para conocer las amistades más cercanas de la hija.
Pueden cocinar juntas, ver una película y después jugar algún juego de mesa para tener un tiempo agradable que compartir; tomar café, té, un trago o cualquier bebida.
Pueden hacer una cita con el estilista para que mutuamente elijan el mejor corte de cabello, el tinte, el manicure y se envejezcan una a la otra.
Que todo conlleve a que la madre y la hija se integren en la familia pasando un buen momento.