La sociedad occidental se rige por lo que comúnmente se denomina la ley de la oferta y de la demanda. Según expertos económicos, este concepto consiste en que los ciudadanos adquieren todo tipo de bienes y servicios que se producen por las diferentes empresas en un intento de adquirir bienestar social. El individuo que más tiene es el que está por encima en la escala social.
Esto genera que las personas entren en una rutina descontrolada de consumo. ¿No te ha pasado que te has encontrado con prendas en el fondo del armario que solo te has puesto una vez? ¿No has tenido el impulso de comprarte esos zapatos que tanto te han gustado a pesar de poseer ya varios pares de zapatos en casa? Si alguna de estas dos respuestas es positiva lo más seguro es que seas un adicto a comprar.
Los síntomas comunes entre los adictos a comprar son los siguientes:
– Padecen una fuerte influencia ante las campañas publicitarias lo que les provoca una ansiedad por poseer los productos anunciados.
– Tienen la necesidad constante de adquirir nuevos productos aunque no les haga falta o vayan destinados a otras personas.
– La actividad preferida de estar personas es el ir de compras convirtiéndose en el eje central de sus vidas.
Todo ello conducirá en la mayoría de los casos en una reducción de su poder adquisitivo. En el peor de los casos puede incluso producirse un grave perjuicio en la economía de dichas personas ante la facilidad de comprar sin necesidad de disponer del dinero físico (venta aplazada, tarjetas de crédito, etc.). Como siempre el mejor remedio ante una adicción es la abstinencia que dependerá siempre del grado de adicción de la persona que la sufre.