Hablar en público siempre puede presentarse como un problema infranqueable y del que solo aparentemente los más duchos en el arte de la oratoria y que además sean extrovertidos pueden salir airoso de él. Sin embargo, esto no es del todo cierto, todas las personas pueden salir airosas de estos eventos y lo que es más, pueden superar su miedo escénico.
Tener que hacer una presentación ante un público puede generar una gran ansiedad en nosotros lo cual para las personas tímidas puede limitar su actividad así como su capacidad habitual para expresarse ya sea por medio del tartamudeo, el titubeo, o la sudoración excesiva entre otros síntomas.
Uno de los consejos para superar el miedo escénico es tener siempre en cuenta el presente. Esto quiere decir que nos debemos mentalizar previamente en lo que estamos realizando en ese preciso momento sin preocuparnos por lo que pasará o lo que haya pasado. Se debe permanecer en el presente por lo que si ha tartamudeado anteriormente no debe preocuparse, el público no se dará cuenta de ello a menos que usted piense que se ha dado cuenta.
Esto nos lleva a otro consejo, si te has dado cuenta de que has metido la pata aprovecha el tirón y ríete de ti mismo. Intenta sacar un chascarrillo o haz un comentario ingenioso sobre lo ocurrido. Esto hará que conectes con la audiencia y que la relación de tensión que puedas tener con el público al inicio del evento se disipe totalmente.
Como siempre se dice siempre hay que olvidarse de que el público existe salvo al final para agradecerles su atención y recibir los aplausos muestra inequívoca de haber realizado un buen trabajo del que sentirse orgulloso.