Para vencer al miedo escénico hay varios métodos, y si se usan en combinación la efectividad de los mismos aumenta considerablemente. La preparación es clave. Es más fácil hablar en público si dominamos el tema del que nos corresponde hablar. No siempre la preparación vence al miedo, pero ayuda. Para ganar confianza hay que practicar lo que vamos a hacer, visualizar nuestro logro y relajarnos. Es necesario aprender a usar la respiración para mantenernos lo más relajados posibles. Esto favorece el autocontrol y ayuda a crear confianza.
La práctica aumenta las posibilidades de dominar cualquier habilidad. Probar una y otra vez nos brinda confianza y nos permite descubrir parte de lo mejor que hay en nosotros. La práctica, por otro lado, va haciendo que lo que parecía difícil se convierta en fácil poco a poco. No basta el estudio y la comprensión intelectual de un problema. Entendemos intelectualmente, pero por la vía del trabajo práctico aprendemos.
También hay que buscar un modelo a imitar. Es más fácil hablar correctamente en público si seguimos las pautas de quienes ya lo han logrado y lo hacen exitosamente. Observe un orador de su preferencia y capte la esencia de sus palabras, gestos, entonaciones, argumentos y movimientos. Aprenderá más rápidamente y con mayor eficacia.
Hay que verbalizar de forma positiva nuestra capacidad, como si ya se hubiese desarrollado. Una afirmación repetida centenares de veces crea una corriente de pensamiento subconsciente, que nos otorga, gradualmente, mayor coraje a la hora de expresarnos en público.
Otra técnica mental consiste en imaginarnos ya triunfando en la situación que originalmente nos atemoriza. Por otro lado hay que saber perdonarse a uno mismo los errores, ya que se aprende de los mismos. Conviene centrarse en aprender lo necesario para hacerlo cada día mejor.