Hay varios signos de inmadurez, unos muy sutiles y otros que a veces se confunden con un signo de imposición o de autoritarismo por parte de la pareja.
A una persona inmadura se le imposibilita o le es difícil desvanecer los vínculos que existen con aquellas personas que han formado parte de su formación desde pequeños, como sus hermanos o sus padres, es frecuente que la figura de la madre represente este personaje al que se conecta dicho vínculo en el caso de los hombres.
Estos hombres están habituados a la forma de vida que se llevaba en su casa, detalles como el sabor de la cocina de su madre, la manera en cómo las cosas se organizaban dentro de la casa y todos aquellos paradigmas que se seguían en el ambiente familiar. Es éste el medio en el que ellos se sienten seguros.
Debido a esto, la pareja o esposa de este hombre tendrá que competir con todos esos símbolos preestablecidos y con la figura del padre y la madre; y están tan acostumbrados a vivir bajo las circunstancias que se establecían con los padres que les es difícil desarrollarse por sí mismos y desarrollar un nuevo ambiente con otras personas con las que convivirán en un grupo familiar.
Este hombre se sentirá incómodo al tener que involucrarse en el círculo social y familiar de su pareja y le resultará difícil el habituarse a la forma de vida y a las costumbres que se practiquen en este nuevo círculo.
La inseguridad que se manifiesta a través de los celos puede ser también un símbolo de inmadurez; y por lo general su círculo de amistades es pequeño y las amistades más cercanas son con las que tiene mayor comunicación.