La cuarta pieza de la armadura de Dios es el “Escudo de la Fe”. La fe es el elemento esencial de la Cristiandad. La Biblia nos dice que es imposible complacer a Dios si no tenemos fe (hebreos 11:6). La Biblia también nos dice que el justo vivirá por su fe (Romanos 1:17; Habacuc 2:4; Gálatas 3:11; Hebreos 10:38). La fe es una parte tan importante de la armadura que protege a todas las otras piezas de ésta (1 Juan 5:4).
La fe nos protege de cualquier cosa que Satanás pueda arrojarnos. Extingue todos los dardos de fuego de Satanás, la tentación, las dudas, el odio, etc. (Efesios 6:16). Ya sea que intente tentarnos, causarnos dudas, volvernos furiosos, no importa cuáles sean las circunstancias, sabemos que podemos confiar en que las promesas de Dios son verdaderas.
La fe es más importante que el propio conocimiento o el consentimiento mental; es la confianza en, y el compromiso con, Jesús. La Biblia dice que hasta los demonios creen en Dios (Santiago 2:19); pero sus creencias no es los que los salva. Ellos creen en el hecho de que Dios los juzgará un día y que dicho juicio no será placentero. El tipo de creencias de un demonio es una creencia en los hechos; no es una confianza y compromiso con Dios como El Señor. Para ser salvados, también nosotros tenemos que tener una confianza profunda y un compromiso con Dios Nuestro Señor.
Hay algunos que enseñan que la fe es una fuerza por sí misma. La fe es literalmente una fuerza que el creyente puede controlar para sus propios propósitos, esta fuerza o fe les fue entregada para que la usaran de cualquier manera que eligieran. Aunque esta no es la idea bíblica de la fe.
El cristianismo no es una religión estática. El creyente debe vivir mediante su fe; siguiendo activamente la voluntad de Dios para sus propias vidas. Tenemos que ser las manos, los pies, la boca de Jesús; tenemos que ser el cuerpo de Cristo en la tierra (1 Corintios 12:27).
La fe es algo que debemos compartir. Depende de nosotros compartir las buenas nuevas de salvación y el perdón de Dios con todas las personas de un mundo perdido y en agonía. Esta es la fe en acción.