Según el evangelio de Mateo, Jesús alimento a 5000 personas con sólo dos peces y cinco panes.
Cierto día, Jesús se encontraba muy triste y un poco molesto, ya que se había enterado que su amigo, Juan el Bautista, había muerto por orden del Rey Herodes. Jesús se retiró al desierto para orar y estar solo un momento, mientras oraba, comenzó a oscurecer y sus discípulos fueron en su búsqueda, al encontrarlo, le dijeron que le pidiera a las personas que lo estaban esperando que se retiraran a sus hogares, ya que no había alimento suficiente para darle a todos, Jesús le dijo a su discípulo: “La gente no tiene que irse, ustedes les darán de comer” a sus discípulos les parecía una tarea imposible, ya que solamente contaban con dos peces y cinco panes, esto apenas alcanzaría para que comieran ellos mismos.
Jesús les pidió que llevaran el poco alimento que tenían para pedirle a Dios que bendijera el pan y los peces, este era un acto que Jesús realizaba antes de cada alimento, diciendo: “Bendito eres mi Padre, eres nuestro Dios y el Rey del universo, te agradecemos el pan que das en la tierra, para alimentar a cada uno de tus hijos”. Después de haber agradecido a Dios, el pan y los peces se multiplicaron muchas veces, ya que fue dado con fe y bendecido por el Padre; el alimento alcanzó para todas las personas que estaban esperando a Jesús, e incluso sobraron doce canastas de pan.