La búsqueda de la eficiencia ha sido para muchos, motivo de preocupación y no solo para las empresas sino también para los particulares y se aplica a todos los momentos de la vida. Por ello es que hoy los conductores buscan ahorrar combustible para hacer más eficientes sus recorridos y para ello es fundamental saber cómo conducir con marchas largas que son las que a la postre nos permitirán sacar ventaja y nos van a rendir más cuando vamos a repostar a tanque lleno. Seguramente nos demos cuenta de la diferencia incluso en el mismo momento en que vamos circulando cuando algunos coches nos marcan el rendimiento en el panel de control que tenemos en la pantalla.
El ahorro de combustible y de energía va de la mano de las revoluciones del coche y son dos factores inversamente proporcionales ya que a menores revoluciones, mayor será el ahorro porque el coche va circulando más cómodamente y sin mayores exigencias. Para lograr la conducción con marchas largas primero que nada deberemos estar conduciendo en trayectos largos como por ejemplo autopistas o carreteras y es una condición mínima ya que se debe lograr cierta velocidad. De todos modos, en las velocidades más bajas como tercera o quizá segunda tambien se puede lograr pero el motor trabaja un poco más exigido.
Las marchas largas se logran a diferentes revoluciones en los coches a gasolina o naftas que en los que consumen gasóleo o diesel y en los primeros el cambio de marcha generalmente se exige a las 2000 o 2500 revoluciones mientras que en los últimos entre 1500 y 2000. El uso de estas marchas largas dará más velocidad al coche mientras que además en los casos que surgen bajadas en las carreteras o autopistas, pues no deberemos siquiera pisar el acelerador ya que al ir en esas velocidades no es necesario. Igualmente, no hay que olvidar que el consumo aumenta junto con la velocidad siempre que las revoluciones suban a pesar de que vayamos en una marcha larga.