Uno de los métodos relajantes más efectivos son los baños de inmersión, esenciales para recobrar energías después de un día arduo lleno de actividades estresantes, gracias a las cualidades curativas y tranquilizantes del agua, para lo cual se deben conocer ciertos tips para sacar mayor provecho a este momento calmo de nuestro día, haciendo del baño el más beneficioso posible.
El agua caliente en un baño de inmersión mejora considerablemente la circulación sanguínea, debido a que el calor provoca que las venas se expandan o dilaten, facilitando el trasporte eficiente de la sangre por todo el cuerpo, lo que genera una relajación instantánea.
Asimismo, en un aspecto psicológico del subconsciente, el estar sumergidos en el agua evoca recuerdos de sensaciones inconscientes que aluden a la estadía en útero de la madre, carente de disturbios, en la comodidad y seguridad del vientre materno. Para asistir en este efecto, puede intentar introducirse completamente bajo el agua por unos segundos, aislándose de los ruidos externos y de esta manera aquietar la mente.
Disfrutando del baño
Asegúrese de cerrar bien la puerta del baño para que el vapor no se escape. Puede ambientar la habitación del baño reemplazando la luz eléctrica con la luz tenue de algunas velas aromáticas encendidas, colocadas en lugares estratégicos y que no molesten, agregándole alguna música relajante favorita.
Cuando comience a llenar el agua, hágalo con el agua a temperatura templada, añadiéndole sales o jabones especiales. Sumérjase en la bañera antes de que ésta se llene, sin cerrar la canilla para que el sonido del agua cayendo agregue su propio efecto y al mismo tiempo aumentando paulatinamente la temperatura del agua, para aclimatar el cuerpo.
Permanecer en el baño de inmersión el tiempo que sea necesario aunque no más de veinte minutos, sin abusar para evitar que la presión arterial baje demasiado, disfrutando durante ese tiempo de las sensaciones del agua en la piel, el aroma agradable de las sales y las velas, la música y los ojos cerrados imaginando ese lugar de ensueño, en donde se sienta bien.