Cómo hacerse la manicura

La manicura es un proceso que consta, básicamente, de tres pasos: limpieza, preparación y decoración. La limpieza debes comenzarla retirando viejos esmaltes, si es necesario hacerlo. Luego, higieniza correctamente tus manos con agua tibia y jabón neutro, ayudándote con un cepillo pequeño o un preparado de limón y aceite de oliva para despejar la piel de suciedades demasiado invasivas, como podría generar la manipulación de grasa y tinturas indelebles. Una vez secas, procederemos a limarlas. Nunca es recomendable el corte y, en cualquier caso, debe hacerse en tres pasos acordes a la curvatura original de la uña, comenzando por los lados y acabando en el centro. En cuanto al modo de limar las uñas, siempre debe comenzarse por la parte inferior y hacia un mismo lado, suavizar la superficie superior de arriba hacia abajo y, por último, pulir y dar brillo.

El segundo paso consistirá en humectar y revitalizar tanto manos como uñas para poder luego remover las asperezas y sobrantes con mayor facilidad y sin dañar la piel. Puedes utilizar un revitalizador especial par las uñas. Masajea las cutículas con crema, bálsamos o aceites hidratantes especialmente desarrollados para ello durante unos instantes, cada quince días. Una vez que notes que se han ablandado, ayúdate con un algodón o papel absorbente para retirar el sobrante de crema. Puedes utilizar un remover de cutículas para quitarlas o hacerlas retroceder, preparando la zona para el tercer paso. Ten en cuenta que las cutículas no tienen una función accesoria en el cuerpo humano sino protectora, de modo que sólo es recomendable removerlas cuando las manos no se someten a ningún tipo de trato que pueda resultar nocivo.

En tercer lugar, con la uña completamente limpia y seca, aplicaremos un esmalte de uñas endurecedor, si es necesario, y luego el esmalte estético de elección individual. El modo de hacerlo es en tres pinceladas: una al centro y una a cada lado, tomando como base la cutícula. Si quieres probar hacerte la manicura a la francesa, sólo debes escoger antes un esmalte que contraste con el blanco. Éste lo utilizarás para dar una segunda capa sólo a la parte libre de la uña, guiándote por su forma original. También puedes utilizar como guía moldes diseñados especialmente para ello. Para finalizar, una vez secas las dos primeras capas, cúbrelas con una capa de esmalte endurecedor.

 

 

 

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Categorias: Belleza
Ultima modificación: 07/20/2012